viernes, 30 de agosto de 2013

Mi lado humano, mi yo robot


Mi lado humano, mi yo robot.

Científicos de la Universidad de Harvard en colaboración con el departamento de defensa de Estados Unidos, han creado un exoesqueleto robótico, pequeño y manejable, que aumenta la fuerza humana...Mola.
El genial artefacto, llamado sin ningún alarde de imaginación, “Exosuit”, (exo-traje, hay que fastidiarse) pesa muy poco y va acoplado al cuerpo humano a modo de arnés en torso y piernas. Lo mejor es que trabajan para conseguir un diseño con ropa real, como una segunda piel.
Nada que ver con lo que tuvo que cargar la sargento Ripley para cargarse al bicho en “Alien”. Y así le fue a la pobre, que no terminaba nunca de martarlo...
Volviendo al tema y al margen de sus obvias aplicaciones militares, representaría una ayuda muy valiosa para personas mayores o discapacitadas, para deportistas que intentan mejorar su rendimiento o para personas normales y corrientes que quieren hacer lo que ahora no pueden. Y ahí claro, entro yo.
Reconozco  mi lado humano, mi yo robot que desde que mi gusto por las apps y sus múltiples servicios tiene pinceladas de obsesión, mi “sensación de poder” al llevarlas en mi móvil ha aumentado. Pero aún así, no debemos subestimar nuestra cualidad más primitiva: la fuerza bruta, la causa de mortandad más elevada entre los botones analógicos...
Con el Exosuit podríamos cambiar la rueda del coche en mitad del desierto cuando nuestro smarphone no tiene cobertura para pedir ayuda, podríamos hacer una mudanza de las grandes en media tarde y también, con premeditación y alevosía, reventar los records familiares en la Wii.
Si nos ponemos realmente serios, las aplicaciones son infinitas y muy beneficiosas.
Es lo que me hace pensar en el equilibrio tan sólido y extravagante entre la inteligencia y la fuerza pura. Es la belleza del progreso. Palabra que con sólo pronunciarla ya trae vientos favorables, como los que impulsaron a los bravos vikingos en sus novedosos drakkars hace mil años.
Toca esperar, como con todo lo bueno, pero ahí estamos. En un futuro le resultaré atractiva hasta a mi adorado Optimus Prime!.
Y mientras mi lado humano, mi yo robot, una vez más, los “ratones de biblioteca informática” crearán aplicaciones y artefactos que mejorarán nuestra calidad de vida, nos harán más fuertes y longevos, nos comunicarán pulverizando cualquier frontera y, tal vez, nos hagan ser mejores seres humanos.

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